La voz de los muertos

Humanos y alienígenas, nativos y extranjeros.

La voz de los muertos es la segunda parte de la célebre Los juegos de Ender de Oscar Scott Card. Situada 3.000 años después de la guerra contra los insectores, continúa la historia de Ender que, gracias a los efectos de la relatividad, para él apenas han transcurrido veinte años. La acción se desarrolla fundamentalmente en el planeta Lusitania donde la humanidad a descubierto una nueva especie alienígena: los pequeninos. El título de la novela hace referencia a la nueva profesión de Ender, portavoz de los muertos, de una nueva religión atea.

Más allá de Los juegos de Ender

El genocidio es el genocidio ­–dijo Styrka-. El hecho de que Ender no supiera que eran ramen no hace que estén menos muertos.

No hay ninguna duda de que Los juegos de Ender es un grandísimo libro No es casualidad que fuera premiado con los Hugo  y los Nébula, dos de los más prestigiosos galardones concedidos a una obra de ciencia ficción.

Pero cuando comencé a leer La voz de los muertos, he de decir que para mi la sorpresa fue mayúscula. Estamos ante otro libro completamente distinto. Ciertamente uno de sus protagonistas es Andrew Wiggin. El universo es el mismo, la pasada guerra contra los insectores sigue muy presente... Pero es otro libro. El propio Oscar Scott Card lo reconoció explicando que originalmente era una historia independiente. Para aprovecharse del éxito de Los juegos de Ender, no dudó en readaptarla para que fuera su continuación.

Muchísimos temas

No es objetivo de esta entrada desmenuzar todas las reflexiones que aparecen en el libro, algunas heredadas del libro anterior y otras nuevas: sociedades militarizadas, el poder y el miedo, la creación de opinión pública, los valores que hay más allá de la religión, la redención, las segundas oportunidades, el peso de las creencias en una sociedad, qué es lo que nos hace humanos...

Podría seguir hasta el infinito, porque los temas tratados son numerosos y cada uno de ellos sería un texto por sí mismo. Quedémonos con la última: qué es lo que nos hace humanos. En esta obra también se perfila este debate en torno a la figura de Jane, la inteligencia artificial autocreada que se comunica con Ender. Pero lo que hoy me gustaría tratar es, sobre todo, la relación de los humanos con las especies alienígenas, como metáfora de la relación entre los humanos entre sí. En la voz de los muertos, Card profundizará en este tema hasta el punto de crear una clasificación de una manera que ha sentado cátedra en la ciencia ficción.

Los cerdis en La voz de los muertos

El planeta Lusitania fue colonizado por descendientes de brasileños. Allí descubrieron una inteligencia extraterrestres, los pequeninos, llamados también cerdis por su parecido con los cerdos de la Tierra. Aunque al principio pensaron que se trataban de animales, pronto descubrieron que tenían inteligencia, que se podían comunicar con los humanos y que tenían un gran apetito por aprender.

La relación de los humanos con los cerdis, guarda muchos paralelismos con el contacto -muchísimas veces violento- de hombres "civilizados" europeos con las tribus de cazadores-recolectores que aún sobreviven a duras penas en la Amazonia o en el corazón de África. No es casualidad que el planeta sea Lusitania y los colonizadores sean brasileños, herederos de los portugueses, que como los españoles o los ingleses, protagonizaron la salvaje destrucción de civilizaciones enteras en América.

Las autoridades prohíben el contacto directo y el comercio con los pequeninos, salvo a unos pocos científicos especializados del planeta. ¿Por miedo? ¿Para preservar la cultura pequeñina y evitar su contaminación cultural o por remordimiento por lo sucedido en las guerras insectoras?

Sin embargo, pronto aparece la tremenda dificultad de entender, mediante el pensamiento humano, las costumbres de los pequeninos. Sus criterios morales son otros. Su concepto del bien y del mal no tiene nada que ver con el concepto humano, ya que es una especie y una cultura completamente diferente.

No es algo exclusivo de los humanos y los extraterrestres obviamente. ¿No han prohibido los europeos costumbres que entraban en conflicto con la moral cristiana? Evidentemente no voy a defender los sacrificios humanos aztecas o las ablaciones que aun hoy se practican en zonas de África. Pero ¿cuál es la frontera entre respetar una cultura diferente, y defender los derechos humanos en su conjunto?

La muerte de Pipo

La jerarquía de la exclusión

Orson Scott Card resuelve crear una jerarquía de la relación de los humanos con los extranjeros. Dejemos que sea él el que lo explica en palabras de Plikt, una estudiante, discípula de Ender:

El lenguaje nórdico reconoce cuatro tipos de extranjeros. El primero es el habitante de otras tierras, o utlänning, el extraño que reconocemos como humano de nuestro mundo, pero que pertenece a otro país o a otra ciudad.

En estos tiempos, ¡estamos rodeados de utlänning! Qué duda cabe que ya Card quería reflejar en Lusitania el temor que hoy sienten muchas personas por los emigrantes, y la incomprensión y rechazo que muchas veces sufren. El mero hecho de crear una etiqueta, un nombre, en lugar de usar el común para todos: seres humanos, ya indica un miedo y un temor presente en la sociedad.

El segundo es el framling (…). Se trata del extranjero que reconocemos como humano, pero de otro mundo.

Obviamente aun no hay framling, pero cuando colonicemos el sistema solar los habrá. Y ahí tenemos la saga de The Expand escrita por  Daniel Abraham y Ty Franck y adaptada recientemente a una magnifica serie.

El tercero es el raman, el extranjero que reconocemos como humano, pero de otra especie. El cuarto es el auténtico alienígena, el varelse, que incluye todos los animales, con los cuales no es posible la conversación. Viven, pero no podemos adivinar qué propósitos o causas les hace actuar. Puede que sean inteligentes, puede que sean conscientes de sí mismos, pero no tenemos medio de saberlo.

En Star Trek, por ejemplo, tenemos vulcanianos, romulanos, klingons… Aunque no siempre haya paz entre especies, podemos comunicarnos, tienen inteligencia, podemos llegar a acuerdos. Son ramen. En Alien, los xenomorfos demuestran tener cierta inteligencia, pero no hay forma de establecer una comunicación con esa especie que posibilite una coexistencia pacífica. Son ellos o nosotros. Son varelse.

¿Quién es ramen? ¿Quién es varelse?

El problema es cuando por nuestra ignorancia o poco conocimiento, clasificamos a una especie ramen como varelse.

Los crímenes rituales perpetrados por los pequeninos, que el libro terminará explicando, inclinan a muchos humanos a considerar a esta especie como varelse. Además, en La voz de los muertos hay otra especie extraterrestre presente en Lusitania claramente identificada como varelse: el virus de la descolada. Su propagación por la galaxia amenazaría toda la existencia de la especie humana.

¿Pero tenemos derecho a exterminar a los varelse, incluso a la descolada? ¿Qué consecuencias traería para otras especies? ¿Y si alberga una inteligencia que nosotros no somos capaces de interpretar? Al fin y al cabo el primer ataque insector a los humanos fue, precisamente, por una metedura de pata similar.

Trasladado a la Tierra: ¿si extermináramos a todos los virus y bacterias peligrosas para el hombre? ¿Y a los mosquitos de la Tierra? El animal que más seres humanos asesina es el mosquito (seguido por el propio ser humano). Llegado el caso, porque no exterminamos también a las cucarachas, a la ratas, a las palomas… Y entonces tendríamos que hacernos una pregunta, ¿Cómo afectaría a la vida sobre el planeta semejante aniquilación?

La emigración y el racismo

Y en el otro extremo del problema y de una manera mucho más sutil y más urgente: ¿Y si se prohíben todos los derechos a los utlänning que no tienen los papeles en orden? Primero la sanidad y la escolarización. ¿Pero por qué sólo a los que no tienen papeles?, ¿Por qué no a todos? Y, entonces, el paso de transformarlos de utlänning a ramen e incluso a varelse es cada vez más fino. Ya hoy hay seres humanos que consideran a sus semejantes, ramen e incluso varelse por miedo, por ignorancia, por un choque de culturas, por la depresión económica, por la inseguridad. El racismo y la xenofobia son graves problemas que nos afecta a todos.

En España, en la década de los 2.000, comenzamos a conocer la emigración. Decenas de miles de personas que huían de la pobreza. Sólo buscaban un mundo más prospero en el que vivir. Pero nosotros mismos -nuestros padres, nuestros abuelos-, fueron a su vez emigrantes, que huyeron de sus tierras por los mismos motivos: gallegos, andaluces o extremeños que vinieron a Madrid o Barcelona, o a Suiza, Bélgica o Alemania, escapando de la miseria.

Y detrás de los que patrocinan el odio a los emigrantes, nos encontraremos a los responsables de que esos emigrantes hayan tenido que huir de sus hogares.

¿Y tú qué opinas de todo esto? ¿Has leído La voz de los muertos? ¿Qué te ha parecido?

La voz de los muertos

Ficha del libro:

La voz de los muertos

  • Título original: Speaker of the Dead
  • Autor: Orson Scott Card
  • Fecha de publicación: 1986
  • En España: Zeta Bolsillo, ISBN 9788498729856
  • Premios (entre otros):
    • Premio Nebula, 1986; premio Hugo, 1987; premio Locus, 1987
2 comentarios en «Ramen, varelse y La voz de los muertos»
  1. Hace 10 años que leí el Juego de Ender y me gusto mucho… hasta hace poco no sabia que existía una segunda parte, que además, Card, había escrito justo después del Juego de Ender y que también había conseguido los premios Nebula y el Victor Hugo (solo un año despues del Juego de Ender!!)….
    Hace una semana acabe de leerlo, es un libro no tanto de «aventuras» sino más «psicologico»…en ste blog se explica muy bien los debates de que habla el libro, no entraré; solo decir que me encantaron los personajes, la parte en la que explica la llegada de Ender a la casa de Novhina y conoce a sus hijos (la manera en que conoce a Gago, el pequeño, es genial), la relación de Ender y Jane, Ender y su hermna, … vamos una maravilla de libro que no me ha durado ni 3 semanas!

    1. Desde luego La voz de los muertos es un gran libro. La saga de Ender continúa hasta el infinito con secuelas, historias paralelas, de otros protagonistas… pero nunca al nivel deñ título original o de La voz…. Si tienes curiosidad sobre cómo prosigue, te recomiendo que leas Ender el xenocida, el siguiente de la saga.

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