La chica mecánica

Cambio climático, corporaciones, enfermedades y manipulación genética

La época en la que vivimos actualmente es conocida, en el universo de La chica mecánica, como la Expansión. Pero después de una expansión, siempre viene una Contracción y eso es lo que ha sucedido en la Tierra. El cambio climático ha provocado la subida del nivel del mar y muchas ciudades han sido inundadas. Los combustibles fósiles prácticamente se han agotado y la tracción animal así como los muelles percutores son las principales fuentes de energía.

La ingeniería genética ha sido capaz de emular al gato de Alicia en el país de las maravillas, pero como consecuencia de ello, el gato normal ha desaparecido. También se han creado neoseres, como la protagonista de la historia, más fuertes, más rápidos, mejores, pero incapaces de reproducirse y con movimientos mecánicos que revelan su naturaleza. Pero lo peor ha sido la manipulación de virus y bacterias que han provocado brutales pandemias y han arrasado con la agricultura. Las grandes corporaciones negocian ahora con la única y verdadera riqueza: el grano. Semillas estériles capaces de resistir a la penúltima plaga lanzada por la competencia.

Éste es el mundo en el que se desarrolla La chica mecánica de Paolo Bacigalupi. La novela fue publicada en 2009 y pertenece a un subgénero desarrollado a partir del cyberpunk llamado biopunk. 

La chica mecánica, Tailandia a punto de la guerra civil

Realmente, el nombre de "chica mecánica" no es muy afortunado porque el término inglés windup hace referencia a un mecanismo que va a cuerda, como un reloj, lo cual encaja con los movimientos "sincopados" que tiene Emiko, la protagonista.

La historia se desarrolla en Bangkok, la capital de Tailandia. La ciudad está protegida de la subida del nivel del mar por unos poderosos diques y bombas. Es un hervidero a punto de estallar. El gobierno está dividido entre dos poderosas facciones. Por un lado, el Ministerio de Medio Ambiente, responsable de luchar contra las plagas y enfermedades y muy receloso de los extranjeros. Tanto los refugiados chinos que han huido a Tailandia escapando de la guerra, como de los representantes de las poderosas corporaciones agrícolas que quieren acceder a los bancos de semilla secretos, que se han guardado en Tailandia y que han evitado la ruina del país. Sus "camisas blancas" son ahora muy corruptos, salvo el famoso Jaidee.

El otro bloque es el formado por el Ministerio de Comercio. Son partidarios de llegar a acuerdos con las corporaciones, de abrir Tailandia a la inversión extranjera. Aunque la experiencia de otros países demuestra que algo así conlleva graves riesgos y que a las corporaciones sólo les interesa acumular más y más beneficios.

Julien Gauthier megodonte

¿Buenos y malos?

Los personajes de La chica mecánica están muy bien construidos. Todos son personajes moralmente ambiguos: Un representante de una corporación dispuesto a cumplir con su misión. Un emigrante chino que, tras una fachada de servilismo, prepara su propios planes egoístas. Una camisa blanca corrupta y que hace doble juego, pero que tiene conciencia y remordimientos.

La más inocente es Emiko, precisamente por su condición de chica mecánica. Pero esa inocencia no es gratuita. Emiko fue construida mediante ingeniería genética y, por tanto, contiene genes que le ofrecen una base de cierta sumisión y agradecimiento, obtenidos probablemente de perros. Pero también ha sido educada, instruida, adoctrinada desde su nacimiento para que su vida sea satisfacer a su amo. Sin embargo, abandonada por éste en la ciudad, sometida a todo tipo de vejaciones, humillada, perseguida... Emiko comenzará a cuestionarse su propia existencia. Hasta el más sumiso puede rebelarse. Y cuando eso sucede, suele ser de manera muy violenta.

Emiko, replicantes y desobediencia

Isaac Asimov estableció las tres leyes de la robótica para garantizar que éstos fueran fieles servidores de la humanidad. Posteriormente desarrollaría la Ley Zero, aunque su objetivo era sobre todo, convertir a sus criaturas positrónicas en guardianes de la humanidad en su conjunto. Asimov no contemplaba una rebelión robótica, o que éstos actuaran bajo el "libre albedrío" y en sus relatos sobre robots, la aparente independencia de éstos ocultaba un seguimiento escrupuloso de las leyes de la robótica.

Sin embargo, muchos otros autores de ciencia ficción apostaron claramente por la rebelión de los hijos de los humanidad. Ya fueran sus versiones más robóticas como en Battlestar Galáctica, o androides desarrollados genéticamente como en Blade Runner.

Emiko es un nuevo ejemplo de que, ni siquiera la programación genética junto al adoctrinamiento más tradicional pueden garantizar una obediencia y sumisión eterna e incondicional. No es necesario recurrir a ingeniería genética. Los humanos han vivido bajo regímenes donde el adoctrinamiento era muy intenso. Incluso en nuestra sociedad "libre", recibimos una educación desde el momento que nacemos que nos determina. Y sin embargo, la humanidad siempre ha mostrado una tendencia, unas veces más dormida, otras más presente, a rebelarse. ¿Por qué no, entonces, los androides y robots?

Los camisas blancas

Otro de los elementos que más me ha llamado la atención del libro es el papel del grupo paramilitar de los camisas blancas. Son corruptos. Cobran sobornos para hacer la vista gorda. Muchos de sus miembros se enriquecen y abusan de tailandeses pobres y de los tarjetas amarillas, los chines refugiados en Tailandia. Son odiados por mucha gente. Lo cual será utilizado por Comercio. Y no sólo por la extorsión.

En muchas ocasiones, han luchado contra las plagas mediante una política de tierra quemada. Destruyendo las plantaciones contaminadas, quemando las aldeas adyacentes, condenando al hambre a miles de campesinos... Y asesinando a aquellos que han osado enfrentarse a ellos.

Pero en el libro también se deja muy claro, que la opción de las corporaciones es peor. Éstas se dedican a saquear a los países, sin importarles el bienestar del pueblo. En este mundo de la Contracción, un país como Tailandia es un superviviente, precisamente por la existencia de las camisas blancas. Las plagas y enfermedades mutan constantemente. Sólo la brutalidad de las camisas blancas impide que éstas se propaguen. Además, si Tailandia ha logrado mantener una independencia alimenticia ha sido por el banco de semillas celosamente protegido.

Las camisas blancas persiguen a los tarjetas amarillas, persiguen a los neoseres, odian a los extranjeros... ¿Pero que otra salida le queda a Tailandia? ¿Entregarse a las corporaciones?

Un mundo colonial en el futuro

Anderson concentra la personalidad de los farang, los extranjeros que actúan como representantes de las corporaciones. No le importan las investigaciones que puedan conseguir energía abundante y barata. No le importa el estado de sus trabajadores. Tampoco que en el pasado ya la liara en Finlandia, con funestas consecuencias para los finlandeses. Sí, parece que se enamora de Emiko, pero no duda en entregársela al regente para conseguir un acuerdo con Comercio.

Realmente la relación de Tailandia con las corporaciones alimentarias es la misma que las relaciones coloniales que se daban en el siglo XVIII y XIX. Estados en precaria independencia, defendiéndose y sucumbiendo frente a los poderes coloniales europeos. Francia o Reino Unido conquistaron el mundo con sus bayonetas, pero sobre todo con sus productos y mercancías.

En muchos de estos países, la explotación colonial provocó el surgimiento de movimientos de resistencia, incluso xenófobos con los extranjeros. En China, en Sudán, en Birmania, en la India... Tailandia fue uno de los pocos países de Asia que logró evitar el establecimiento de un protectorado occidental.

Las corporaciones

Pero no nos engañemos. Las actuales multinacionales, aunque por ahora no crean virus y bacterias para destruir las semillas de la competencia -que sepamos-, no dudan en tratar a los gobiernos de la mayoría del mundo, por no decir todo el mundo, como meros lacayos. Están acostumbrados a poner el precio y a que nadie les diga "no".

Y llegado el momento, no sería de extrañar que frente a sus chantajes, sus sobornos, sus paramilitares y sus golpes de Estado, tengamos que organizar un cuerpo parecido a las camisas blancas. Aunque sólo sea para defendernos.

¿Y tú qué opinas de todo esto? ¿Has leído La chica mecánica? ¿Qué te ha parecido?

 
 
La chica mecánica cover

Ficha del libro:

La chica mecánica

  • Autor: Paolo Bacigalupi
  • Título original: The Windup Girl
  • Fecha de publicación: 2009
  • En España: Plaza & Janes, ISBN 9788401339400
  • Premios (entre muchos  otros):
    • Premio Nebula de 2009
    • Premios Hugo, John W. Campbell Memorial  y Locus de 2010
2 comentarios en «La chica mecánica y los países coloniales del futuro»
  1. Muy buen artículo y muy bien analizado el sistema político de esta Tailandia ficticia. Recuerdo haberme quedado impresionado en el que se mezclada lo nuevo (ingeniería genética) y lo arcaico (zepelines y tracción animal) como el único elemento para sobrevivir en el mundo de plagas. O cómo aprovecharse de ello.

    Porque lo más aterrador de la novela fue esta frase “¿Y si os ofreciera la nueva variedad de arroz U-tex de mi empresa? Y no solo el arroz, sino la semilla antes de ser esterilizada”. Resumía perfectamente hasta dónde había llegado la avaricia. Esterilizar semillas para que solo dieran una cosecha.

    1. ¡Desde luego! Pensar que en un futuro las corporaciones controlen de esa manera nuestra supervivencia más básica es aterrador. Aunque por desgracia, hay indicios de que en parte ya lo hacen, aunque no se hayan producido (que sepamos) las plagas brutales que arrasan el mundo de La chica mecánica.
      Me alegra mucho que te haya gustado la entrada Carlos.

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