Tulipán blanco, FringeTulipán blanco, Fringe

El 15 de abril de 2010 se emitía el capítulo 18 de la segunda temporada de Fringe. En mi humilde opinión, uno de los episodios más bonitos de la serie. Se trata de Tulipán blanco. Voy a destripar el capítulo, así que si no quieres conocer lo que sucede en el mismo… Lee otra entrada de Thalassa.

El tulipán blanco se utiliza, entre otras cosas, para pedir perdón. Pero un perdón sin humillación, un perdón sin arrogancias, ni ruegos. Es decir un perdón sincero. Y precisamente, eso es lo que necesita y busca Walter Bishop en este capítulo.

Científico dolorido

En su día ya hicimos una entrada general sobre Fringe. Una serie de ciencia ficción que, desde luego, todo buen aficionado al genero tiene que reivindicar. Porque si al principio parecía recoger el legado de Expediente X, pronto nos fue mostrando una historia compleja y novedosa. ¡Y unos personajes fabulosos!

En el punto en el que arranca Tulipán blanco, se nos ha revelado el origen de Peter. Y, por tanto, la causa de la caída en la locura de Walter. La relación entre padre e hijo es crucial en el desarrollo de la serie.

Walter puede recordar en muchos momentos, al antiguo cliché, tan usado por la ciencia ficción clásica, del científico enloquecido por el ansia de poder. El dominio de la ciencia le permite usar para su propio beneficio todo ese conocimiento: Conquistar el mundo, conseguir superpoderes…

Pero en Walter la motivación era otra. También tuerce las leyes de la física en su propio beneficio. Pero en este caso, la motivación no ha sido el ansia de poder, sino el amor y el dolor. Y lo pagó con remordimientos y locura.

Torcer el tiempo

En Tulipán blanco, Walter se encontrará con su alma gemela. Otro brillante científico desgarrado también por el dolor y el amor. En este caso, la pérdida de la mujer amada. Aunque más que la pérdida en sí, el científico está desgarrado porque las últimas palabras que intercambiaron había sido una discusión.

Alistair Peck, interpretado por Peter Weller (Robocop), es un reputado físico teórico del MIT. Su objetivo es viajar en el tiempo para salvar a su amada de la muerte. Para ello ha desarrollado la física necesaria para efectuar los viajes, sin embargo sólo es capaz de retroceder hasta una fecha máxima.

El problema es que el salto temporal requiere una gran cantidad de energía. Los «aterrizajes» (o «acronizajes», podríamos decir) en el pasado absorben toda la energía que encuentran a su alrededor, causando la muerte de todo lo vivo. El mismo profesor Peck se ha construido en su cuerpo una jaula de Faraday para aislarse de esos efectos, pero no puede evitar matar a decenas de personas.

Viajes en el tiempo y pequeñas diferencias.

Aunque como Peck le explica a Walter, realmente esas personas no están muertas, porque si vuelve a saltar hacia atrás, y logra su objetivo de alcanzar el momento del accidente, las víctimas de sus ensayos no habrán llegado nunca a morir.

El episodio comenzará precisamente con uno de los ensayos de Peck. Aparecerá en un vagón de tren, matando a todos sus ocupantes. Éste fenómeno fringe pondrá en alerta a Olivia y a su equipo.

Tras seguir la pista de Peck, éste volverá a viajar en el tiempo antes de que pueda ser detenido. Y vuelta a empezar. Una vez más en el tren.

Volveremos a vivir toda la investigación de la escena del crimen. Pero curiosamente notaremos pequeños cambios. No todo es igual, palabras, gestos… Esos pequeños cambios nos llevan a una nueva línea de investigación.

Parece que hay esperanza con el viaje en el tiempo, porque parece que no hay un destino fijado y esos pequeños cambios se van acumulando y crean una realidad diferente.

El tulipán blanco
el tulipán blanco

La culpa y el perdón, Dios y la ciencia

El nudo del episodio es el encuentro entere Walter y Peck. Dos almas gemelas, idénticamente torturadas. Se comprenden y se ayudan.

El diálogo que comparten no tiene desperdicio. El viaje en el tiempo pasa a un segundo plano, porque como ya señalé, el capítulo se centra en el perdón y la culpa.

Walter usó la ciencia para cometer algo horrible. Ahora necesita ser perdonado. Así, el científico, siempre una mente científica, agnóstica cuando no atea, pide ahora una señal a Dios, un tulipán blanco, como muestra de que si él puede perdonarle, es posible que su hijo también lo haga.

Para Peck el único Dios real es la ciencia. Por eso seguirá adelante con sus viajes. Usará la ciencia para perdonarse, perdonarse por la última conversación que tuvo con su amada.

El destino y el perdón

No se puede jugar a ser Dios y tratar de arreglar el universo sin que haya repercusiones.

Walter Bishop

Y lo logrará.

Gracias a Walter, Peck logrará viajar atrás en el tiempo lo suficiente. Y sin matar a nadie. Y logrará encontrarse con su mujer antes del accidente y pedirle perdón así como decirle lo mucho que la quiere. Eso sí, no logra evitar el accidente y ambos morirán. Eso sí, antes dejará un carta dirigida a Walter con un tulipán blanco.

Algunas interpretaciones del capítulo concluyen que si finalmente Peck no logra salvar a su mujer es porque su destino era ese. Los viajes en el tiempo no pueden alterar el destino, por eso la mujer tiene que morir.

Pero yo no creo que realmente lo que él buscara fuera evitar el accidente. Sino, por qué enviar el tulipán. Él quiere perdonarse a si mismo, decirle a su mujer lo mucho que la quiere, que sus últimas palabras fueran de amor y no de discusión. Podría intentar evitar el accidente, pero Walter le ha advertido de que cambiar la realidad tendrá repercusiones insospechadas.

Peck en el fondo lo sabe. Y actúa en consecuencia. Podría cambiar la realidad, la serie nos muestra que en cada salto hay cosas, pequeños detalles, que cambian, cambios que se propagan por el tiempo y que transforman la realidad previa. La ciencia puede con el destino. La ciencia puede con Dios. Pero los hombres tenemos moral y principios y por eso somos capaces de rectificar, cambiar y perdonarnos.

Walter no llegó a conocer a Peck en la nueva realidad, pero recibe puntualmente la carta de Peck con el tulipán blanco. Merece perdonarse a si mismo.

Y Peter le perdonará.

Viajes en el tiempo, recuerdos y perdón

¿Podemos cambiar la realidad? Realmente el ser humano lo hace a diario. Nuestro planeta no tiene ya nada que ver con el que existiría sin nuestra existencia.

No tengo claro si podremos viajar en el tiempo hacia el pasado. Algunos científicos están convencidos de que no. La flecha del tiempo parece estar relacionada con la entropía. Quizás otros tipos de materia tengan la flecha invertida, e incluso a nivel cuántico ésta fluctúe en distintas direcciones.

La memoria es una especie de maquina del tiempo, imperfecta eso sí. Con la memoria, los recuerdos, nos retrotraernos a épocas pasadas. Son recuerdos confusos, manipulables, fantasiosos incluso, pero un reflejo de un momento ya vivido.

Por eso, vincular los viajes en el tiempo con el perdón tiene mucho sentido. La memoria suele recordarnos momentos malos. Y podemos quedar atrapados en un tiempo pasado encadenados a la culpa o a los remordimientos. Solo el perdón —a nosotros mismos muchas veces— nos puede ayudar a avanzar hacia el futuro. Aprendiendo, eso sí, del pasado. Eso es lo que finalmente hace Walter.

Manipular la realidad

¿Podrá la humanidad manipular la realidad al nivel de lo conseguido por Walter o Peck? Quiero pensar que el conocimiento es infinito. Se dice que la prueba de que no hay viajes en el tiempo es que no conocemos a ningún viajero. Es un argumento parecido al que niega la existencia de alienígenas.

¿No puede ser que no vemos a esos viajeros porque ellos no quieren interferir en nuestra realidad? Quizás es una humanidad suficientemente madura como para no querer manipular nuestra época. Una humanidad que ha aprendido a perdonarse a si misma.

¿Y tú que opinas de todo esto? ¿Viste Tulipán blanco? ¿Qué te pareció?

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