Distrito 9

Distrito 9 tiene lugar en Sudáfrica. Pero podría haber pasado en cualquier otra parte del mundo. No obstante, el que la acción transcurra en las afueras de Johannesburgo nos permite compararla, de una manera cristalina, con el Apartheit. El vergonzoso régimen de segregación racial que impusieron los bóeres durante 44 años.

Neill Blomkamp, director de Distrito 9, se ha especializado en la ciencia ficción como género cinematográfico de denuncia social como veremos posteriormente con Elysium y Chappie.

La película empezará con un formato de falso documental, en el que, con un humor muy, muy negro, distintos «especialistas» nos explicarán cómo fue la llegada de los bichos y la reacción de la población de Johannesburgo. También nos presentarán al protagonista de la película: Wikus Van de Merwe. Wikus es un gris e inseguro chupatintas, cuyo único mérito profesional ha sido casarse con la hija de uno de los directivos de la gran multinacional en la que trabaja. La Multi-National United, es una gran empresa armamentística, contratista de ejércitos privados. Son los auténticos antagonistas de la película.

Extraterrestres refugiados

La humanidad se encuentra con los bichos cuando una gigantesca nave espacial queda varada en los cielos de Johannesburgo. La nave no da señales de vida y finalmente la ONU decide abordarla. Dentro los soldados humanos encuentran a casi un millón de extraterrestres, algunos heridos, todos malnutridos y desorientados.

En un principio los aliens recibirán ayuda humanitaria, sin embargo, poco a poco serán abandonados por las instituciones humanas. Los ahora apodados bichos se verán obligados a buscar comida en la basura, robar para sobrevivir y enfrentarse a las mafias que dominan el mercado negro en Sudáfrica. Así, aumentará la delincuencia y los roces con los humanos más pobres. Finalmente, los bichos serán recluidos en el Distrito 9, un ghetto de chabolas, aislado del resto de la ciudad.

La película comienza cuando la Multi-National United, con la aprobación de la ONU, va a trasladar de manera forzada a los bichos a un campo de concentración alejado de la ciudad.

La desgracia de Wikus en el Distrito 9

Wikus será el encargado de dirigir el traslado de los bichos del Distrito 9 al nuevo campo de concentración. Pero en su empeño por engañar a los bichos para que acepten «voluntariamente» el traslado, se topará con un experimento de dos científicos bichos que buscan la manera de volver a su mundo. Contagiado por combustible alienígena, Wikus comenzará a mutar, incorporando ADM alienígena.

Su estado será la respuesta que la Multi-National United venía buscando desde hace años. Ya que, hasta la fecha, la multinacional armamentística no había logrado utilizar las destructivas armas alienígenas. Convertido en sujeto de investigación, Wikus se verá obligado a refugiarse entre los bichos, teniendo que enfrentarse a las mafias humanas que extorsionan a los alienígentas, mientras huye de las tropas de su suegro.

Refugiados y emigración

Comenzaba el artículo diciendo que Distrito 9 podría ser en cualquier parte del mundo. Es verdad que el Apartheit es un espejo muy interesante a la hora de comparar cómo la humanidad trata a los bichos. Pero la verdad es que Distrito 9 denuncia la manera cómo tratamos a decenas de miles de refugiados y emigrantes que llegan a Occidente todos los días.

Ya sean refugiados de la guerra en Siria. Ya sean emigrantes que se juegan la vida en las pateras… La emigración es un fenómeno de esta época. Masas humanas huyen de sus países. Lugares devastados, en gran parte, por culpa de empresas occidentales que alientan las guerras y los conflictos para conseguir materias primas más baratas o suculentos contratos con gobiernos corruptos.

Como con los bichos, las primeras imágenes, los cadáveres flotando en el mar, los niños desnutridos a punto de morir… impactan en las conciencia más progresistas. Pero cuando el foco mediático se aleja, la memoria se borra. Y tras las primeras muestras de ayuda humanitaria, lo que queda son los CIEs, las deportaciones, o la explotación laboral más absoluta.

La mafias de Distrito 9

La comunidad nigeriana se quejó en Distrito 9 porque en la película la mafia que se enriquecía a costa de los bichos era nigeriana. Desconozco si la «mafia nigeriana» es un sujeto activo en Sudáfrica. Lo que sí está claro es que las mafias juegan un papel clave en el tráfico de personas, la trata de blancas y la explotación laboral más brutal.

Los refugiados y emigrantes, abandonados por las instituciones, caen en las redes de las mafias. Es muy fácil entrar… (te prometen un trabajo, un hogar, traer a los familiares…) y muy difícil salir. Por cierto, muchas veces las propias mafias están controladas por «compatriotas». El patriotismo termina donde empieza el bolsillo.

Por supuesto esas mafias están completamente compinchadas con el Aparato del Estado occidental. Pagan las mordidas correspondientes para que la policía haga la vista gorda. Y luego blanquean su dinero en negocios «legales» con socios, abogados y banqueros occidentales.

Explotación laboral, pobreza y competencia


El miedo es el camino hacia el lado oscuro, el miedo lleva a la ira, la ira lleva al odio, el odio lleva al sufrimiento. Veo mucho miedo en ti

Yoda

Recientemente el parido ultraderechista Vox sacó resultados inesperados en Andalucía. Algunos de sus nuevos feudos son municipios donde tradicionalmente se habían dado conflictos entre nativos y emigrantes. El miedo a la emigración —los prejuicios, la ignorancia, el reparto de la miseria y la competencia— ha sido siempre una herramienta de la reacción para fomentar el odio.

Vox también se está alimentando del nacionalismo españolista, y de una reacción machirula al despertar de decenas de miles de mujeres que estos años han salido a la calle a luchar por sus derechos.

Pero no perdamos de vista que detrás de Vox hay gente con dinero, que han invertido mucho dinero en levantar esa organización, darle visibilidad, etc. Y esos «mecenas», no han dudado en utilizar mano de obra emigrante para abaratar salarios y recortar derechos a los trabajadores nativos.

¿Hay sitio para todos?

La ayuda humanitaria y los sentimientos solidarios tienen límites. Es verdad que nos muestran lo mejor de las personas, que una y otra vez, pese a los obstáculos de las instituciones, no tienen reparos en volcarse en ayudar al prójimo. Pero no se puede ayudar de manera altruista indefinidamente. Y tampoco es una solución duradera y definitiva. Además, los sentimientos solidarios de hoy, se pueden convertir en resentimiento mañana. Sobre todo si van acompañados de paro, pobreza, delincuencia, desesperación… y agitadores demagogos.

La verdadera pregunta es si hay sitio para todos. Y yo creo que sí que lo hay. En un mundo con suficiente tecnología como para transformar un desierto en un vergel, la miseria tendría que ser cosa del pasado. Pero no lo es, mientras una minoría mantengan unos márgenes de beneficios insultantes.

Soluciones aquí

A raíz de la crisis del 2008, los salarios se hundieron y no se recuperaron. Las jornadas laborales se alargaron. Y, desde luego, no fue un problema exclusivo de los trabajadores, muchos pequeños propietarios lo pasaron muy, muy mal, e incluso sus negocios cerraron.

Pero hoy en día, muchas empresas —incluida la función pública— , funcionan mal porque les falta personal. Además muchos estudios avalan que jornadas más cortas —repartir el trabajo— y mejorar el ambiente laboral mejoran la productividad.

El problema es que los dueños de las grandes empresas solo miran por sus propios números. No atienden a razonamientos generales de «lo que sería mejor». Reducir la jornada laboral, mejorar los salarios, mejorar el ambiente de trabajo… «Todo eso está muy bien —dicen—. Pero en mi empresa no podemos. Tenemos que presentar unos dividendos a nuestros accionistas, así que: ¡Qué lo hagan otros!»

Soluciones allí

Pero además nadie abandona su hogar si no se ve obligado a irse. ¿Quiénes suelen estar detrás de las guerras? ¿Quienes empobrecen países ricos, llenos de recursos? ¿Hacen negocios con los gobernantes corruptos de esos países expoliados? ¿O sostienen gobiernos dictatoriales que infringen y vulneran una y otra vez los derechos humanos?

Detrás de los problemas de los bichos, está la Multi-National United. Esta gran corporación no tiene empacho en experimentar con los alienígenas, además de propiciar el tráfico de armas y la contratación de ejércitos privados. Hay decenas de grandes conglomerados bancario/empresariales que actúan así. Sin ningún control, con poderosos ejércitos de abogados dispuestos a actuar, cuando las comisiones, los retiros dorados y el tráfico de influencias no frenan a los políticos de turno. Hoy, son las grandes corporaciones, el antagonista de toda pesadilla ciberpunk que se precie, quienes dominan el destino del planeta. Los verdaderos responsables de que la mayoría de la humanidad viva en su propio Distrito 9.

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¿Y tú qué opinas de todo esto? ¿Has visto Distrito 9? ¿Qué te ha parecido?

Distrito 9 cover

Ficha de la película:

Distrito 9

  • Director: Neill Blomkamp
  • Inspirada en el cortometraje Alive in Joburg de N. Blomkamp
  • Título original: District 9
  • Fecha de estreno: 2009
  • Productora: WingNut Films, QED International, Key Creatives & Wintergreen Productions

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Un comentario en «Distrito 9, los refugiados y el Apartheit alienígena»
  1. Sí, la película sigue siendo de rabiosa actualidad (tristemente)…película que (aparte de las referencias al régimen racista sudafricano) mete el dedo en una llaga muy dolorosa de nuestras sociedades occidentales, el tema de los refugiados y nuestra nula capacidad de empatía hacia otros seres humanos.

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