InterestelarInterestelar

Un homenaje a 2001: una odisea del espacio. Solo por ésta premisa Interstellar tenía que ser una película enorme. Y es que no se puede homenajear semejante obra de arte (a medio camino entre incomprensible e incomprendida) con un film que no trate de igualar su pretensión.

Lo cierto es que Cristopher Nolan, el director y creador de Interstellar, se caracteriza por querer crear siempre películas enormes. Empleo la palabra «enorme» porque no me considero quién para caracterizarlos como proyectos megalómanos. Y al fin y al cabo, me gustan sus películas. Interstellar, en concreto trata muchos temas muy interesantes.

Polvo, física y amor. La vida en la Tierra está condenada. La única esperanza para que la humanidad sobreviva es una misión suicida a través de un agujero de gusano construido por una civilización desconocida.

Un mundo condenado

En primer lugar, el polvo. Quizás lo que ha pasado más desapercibido en las reseñas de Interstellar es la desastrosa catástrofe ecológica que ha condenado la vida en la Tierra.

Es sabido que las destructivas tormentas de polvo fueron una realidad en las Grandes Llanuras estadounidenses durante los años 30. El llamado Dust Bowl. Años de sequía en el que el viento arrancaba el suelo reseco creando las tormentas de arena. El Dust Bowl multiplicó los estragos de la Gran Depresión. Tres millones de personas se vieron obligados a abandonar su hogar y más de medio millón tuvieron que emigrar, sobre todo a California. Recomiendo ver Las uvas de la ira de John Ford. Por supuesto, las prácticas agrícolas y ganaderas humanas, intensivas, anti-ecológicas, previas al Dust Bowl fueron determinantes a la hora de que se produjera tamaño desastre.

Interstellar no llega a explicar las verdaderas causas de lo que está pasando en la película. Una plaga que se alimenta de nitrógeno y que destruye el oxigeno… Bien podría ser un desenlace a la degradación ambiental que aparece en novelas como La chica mecánica y que parece que estamos abocados.

En esta novela, junto al desastre del cambio climático, las corporaciones, maestras en la manipulación genética, están devastando la naturaleza a través de constantes guerras biológicas contra las plantas de las compañías rivales. Este contexto impulsa la mutación de antiguos virus y bacterias, poniendo en más peligro aún la vida en la Tierra.

Desgraciadamente esta clase de perspectivas son más posibles y cercanas de lo que queremos creer.

El triunfo de la anti-ciencia

En esta distopía terrestre, Interstellar nos muestra el triunfo de la anti-ciencia. Así, los profesores animan a los padres a que sus hijos se vuelvan agricultores y no estudien ciencia. De la misma manera, se niega la llegada del hombre a la Luna y la Nasa ha sobrevivido porque es ahora una institución secreta.

Se dice que una persona al borde de un abismo no razona. Realmente en períodos de crisis, muchísima gente encuentra consuelo en lo irracional. Además es muy lógico pensar que si la tecnología ha destruido la Tierra, los humanos que están muriéndose y no tienen futuro, recelen de los supuestos responsables de la catástrofe. Cómo siempre, pagará la ciencia por el uso que le dan los poderosos.

Correctamente, Interstellar defiende que sólo la ciencia puede salvar a una humanidad de la extinción provocada por el uso egoísta de la ciencia. Pero ¡Explícale eso a una familia desesperada y temerosa!

El polvo, la física y el amor en Interstellar

La anti-ciencia hoy

Efectivamente, ya hoy vemos como la imagen del científico está deteriorada y más y más gente abraza posiciones anticientíficas. Y no hablo solo de los terraplanistas.

Los irresponsables antivacunas, por ejemplo, se nutren del rechazo que causa el negocio de las farmacéuticas. La química evita muertes y sufrimientos. Pero los dueños de las farmacéuticas quieren ganar dinero y muchas veces prefieren cronificar una enfermedad que erradicarla. Sin embargo, el antivacunas puede provocar que enfermedades controladas se descontrolen, llevándose a muchos niños por delante.

Cómo desconfiamos de los poderosos y nadie hace nada por poner coto a sus descontroles, cada vez más gente tiene miedo. Crecen las teorías de la conspiración buscando una explicación a la aparente ilógica que lo preside todo. Nos mienten y nos engañan constantemente así que ¿por qué hemos de creerles en otras cosas? Y así ¡No llegamos a la Luna! ¡La Tierra es plan! Etcétera. La humanidad llevada por el miedo, el desconocimiento y la pasión suele torcer siempre demasiado el junco.

La responsabilidad de los científicos

Muchos grandes científicos han dedicado ingentes esfuerzos por divulgar la ciencia, hacerla accesible, combatir la ignorancia y la superchería. La labor de grandes hombres como los queridos por todos Carl Sagan o Stephen Hawking a perdurará para siempre. Aunque hay muchos grandes científicos menos conocidos.

Pero es verdad que para mucha gente de a pie, la ciencia es algo alejado de la vida cotidiana. Gente extraña, pedante, frikis, que colabora con el gobierno y con las corporaciones mientras viven en una burbuja. Al menos el cliché del científico chiflado que quiere dominar al mundo hace tiempo que ha sido olvidado.

Entre los científicos, como en todas partes, hay de todo. Hay algunos muy comprometidos con la ética y el medio ambiente. Y también hay mercenarios dispuestos a venderse al mejor postor. Pero la mayoría simplemente tienen que trabajar para comer. No vivimos en un mundo en el que precisamente se despilfarre en ciencia. Muchos científicos son precarios. Otros expatriados. Muchos no pueden investigar y se dedican a la docencia, o investigan a disgusto en trabajos que han aceptado porque no les quedaba otro remedio.

Si echo en falta, como podría decir de otros colectivos, más acción e implicación colectiva. Son los más cualificados para limpiar el nombre de la ciencia, si fueran siempre los primeros en denunciar y oponerse a las prácticas que están poniendo en peligro al planeta, o señalando a las corporaciones que usan la ciencia para lucrarse a costa de la humanidad. Lo hacen muchas veces, no les quiero quitar mérito o valor, pero casi siempre de manera individual. ¿No podrían actuar más de manera colectiva?

Física teórica en Interstellar

Y seguimos con la física. Cómo comenté más arriba Interstellar busca, entre otras cosas, homenajear a 2001 y a Kubrick. Éste le dio un gran rigor científico a su Odisea del espacio. Sin duda gracias a su colaboración con Arthur C. Clarke, genuino representante de la ciencia ficción dura. Nolan no quería ser menos y se asociaría con el reputado físico Kip Thorne, premio Nobel de esta disciplina.

Internet está lleno de artículos demostrando si la física de Interstellar es posible o no. Estaba convencido de que había un vídeo de Interstellar en el canal de divulgación que sigo en Youtube, Date un voltio, pero no lo encuentro. Dejo otro enlace a otro genial divulgador que también sigo: Alex Riveiro.

Ciertamente, algunos de los planteamientos de la película pertenecen a la ciencia especulativa, campo por excelencia de la ciencia ficción, como los agujeros de gusano, las multidimensiones o los viajes y comunicación a través del tiempo. Pero la aproximación que Interstellar hace a la relatividad general o a los agujeros negros es fascinante.

Singularidad y gravedad cuántica

La física teórica actual tiene un grave problema que aún no ha logrado resolver. Interstellar se hace eco de este problema cuya resolución es esencial para que la humanidad pueda sobrevivir.

A principios del siglo XX, una revolución científica sin parangón puso patas arriba a la física clásica. Las teorías de la relatividad especial y la relatividad general de Einstein transformaron nuestra percepción de la energía, la masa, el espacio, la gravedad y el tiempo.

Por otro lado, Planck, Schrödinger, Heisenberg y otros, a su vez, revolucionaron el universo de lo más pequeño, de las partículas elementales, son simultáneamente onda y partícula y la estadística se convierte en una expresión de la naturaleza profunda de estos cuantos.

Sin embargo, ambas teorías, la relatividad y la mecánica cuántica son incompatibles. Y aunque ha habido varios intentos por unificarlas (como las teorías de cuerdas, la teoría M y otras), seguimos sin haberlo conseguido.

Así, las misteriosas singularidades, esos puntos infinitesimales donde el tiempo se detiene, presentes en el interior de los agujeros negros como Gargantua, o en el inicio del Big Bang, son hoy día inexplicables… O incluso diferentes a lo que creemos.

Teoría del todo

Parece que nuestro conocimiento avanza a saltos. Durante décadas funciona un paradigma científico, el establecido por genios como Galileo, Kepler y Newton, para llegar a un punto en que se requiere otro paradigma. Einstein, Planck y compañía rebatieron la física clásica y alzaron un nuevo mundo.

Quizás para unificar relatividad y mecánica cuántica se requiera un nuevo paradigma que dé un salto en nuestra comprensión del cosmos. Yo, desde luego no lo sé. Pero está claro que la cosmología sigue llena de interesantes misterios que aún no hemos resuelto.

Se puede creer que una «teoría del todo» nos dará una comprensión total del universo. En ese extremo soy más bien escéptico. Pienso que lo que nos ha enseñado la historia es que siempre hay más por descubrir. Las nuevas teorías nos revelarán nuevos misterios y nuevas incongruencias. Es como si la realidad fuera una cebolla de infinitas capas. Conquistaremos la gravedad cuántica y nos sorprenderemos de nuestra ignorancia.

¿Y el amor en Interstellar?

El amor no es algo que hayamos inventado, es observable, poderoso… Tiene que significar algo.

Efectivamente, el amor. Interstellar no puede autoerigirse en la nueva 2001 sin un ambicioso trasfondo filosófico. Pero mientras que Kubrick dispara demasiado alto, Nolan plasma una filosofía más de andar por casa. Lo cual, en parte, se agradece.

2001 es una película, seamos claros, pedante (a mí me encanta, pero las cosas como son). Interstellar buscaba ser la nueva 2001. Pero quizás quede a la posteridad como la 2001 de las masas. Lo cual no es nada despectivo.

Kubrick en 2001 nos muestra la evolución del humano. Su destino, el concepto nietzscheano del superhombre. Nolan nos muestra el amor como la quinta fuerza de la Naturaleza. El motor que nos impulsa a luchar y que logrará salvarnos.

Y de amor trata Interstellar. Sobre amor filial, aunque también amor de pareja. Quizás, para mí, el momento más emotivo de la película es cuando Cooper le explica a Murph: «Ahora estamos aquí para ser los recuerdos de nuestros hijos. […] Cuando eres padre, eres el fantasma del futuro de tus hijos». Y es cierto.

El amor como fuerza social

No creo que el amor sea una fuerza cosmológica. Tampoco es cierto que trascienda el tiempo y el espacio, como se dice en otro momento deInterstellar.

El amor es un mezcla, creo yo, de respuesta químico-biológica y construcción social. Por un lado, la Naturaleza nos condiciona para que perpetuemos la especie. Las crías humanas necesitan el cuidado de adultos durante mucho más tiempo que otras crías de mamíferos en un entorno lo más seguro posible.

Pero sobre esta precondición biológica, la civilización ha construido unos valores morales y éticos que se inculcan desde el momento de nacer a todos los humanos. Han variado de una época a otra, de una sociedad a otra, pero tienen, hoy en día, un peso en nuestra conducta seguramente mucho mayor que los genes.

Y no obstante, los humanos somos capaces de contrarrestar tanto las programación genética como muchos tópicos sociales. Es uno de nuestros más grandes atributos. A veces para mal. Terriblemente mal. Pero también hay muchos casos que para bien. Para que la propia humanidad avance.

El amor muchas veces ha sido una fuerza tremendamente positiva. Capaz de actos impresionantes, heroicos incluso. Esfuerzos y sacrificios. Muchas cosas buenas han nacido del amor. Pero tampoco creo que sea la cúspide de la humanidad. En el amor siempre puede haber átomos de egoísmo. Y también puede provocar dolor y sufrimiento. Lo siento, soy un romántico empedernido, pero no existe un amor ideal, perfecto, puro, inocente, eterno, etc.

La solidaridad, por ejemplo, que también tiene raíces biológicas y sociales, pienso que tiene un papel más importante en el futuro de la humanidad que el amor. Ya lo veremos.

¿Y tú qué opinas de todo ésto? ¿Has visto Interstellar? ¿Qué te pareció?

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Un comentario en «Interstellar. Polvo, física y amor.»
  1. Acabo de ver la película y me gustó. He leído muchas explicaciones sobre ésta película y tengo mi propia teoría sobre “ellos”.

    Me parece que es acertado decir que es la humanidad del futuro. La exploración de mundos con el ‘plan B’ funcionó y cientos de años en el futuro los humanos nacidos así pudieron descifrar la ecuación al tener más conocimiento del espacio y los agujeros negros. Luego buscaron un momento donde pudieran salvar a la mayor parte de humanos nacidos del planeta tierra y era en la época que nos muestra la película, además de la mente capaz de aplicar dicho conocimiento. Así se hizo que el ‘plan A’ también fuera posible.

    Es como si fueras al pasado y le dieras los planos de un avión básico a Davinci.

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